lunes, 13 de agosto de 2012

Un medallero diferente


Las olimpiadas empiezan a poner las cosas en su sitio.


Si algo he sacado en claro de las olimpiadas (al margen de que ha favorecido al espectáculo teatral en Londres y desfavorecido la promoción cultural en este país) es que se ha reforzado la estupenda imagen de dos grupos que aún, en pleno siglo siglo XXI, tienen que estar peleando por su igualdad y derechos: las mujeres y el colectivo negro. A ver si los que creen que ser varón, blanco y heterosexual conforman la "mayoría" van aprendiendo la lección. Desconozco las tendencias sexuales de quienes me ocupan, es más, me importan un bledo. Sólo sé que el álbum de las aportaciones olímpicas de 2012 está lleno de fotos de mujeres y negros. ¡Me encanta!.

De hecho, el honor patrio ha quedado salvado gracias al deporte femenino. De mano de una mujer vino la primera medalla, cuando nuestro papel deportivo empezaba a rozar lo penoso, y de manos de otra ha llegado un oro inesperado. Muchos pensarán que a estas alturas no hay que pelear un sitio como mujer: se equivocan. Si no, miren las cifras invertidas en preparar a nuestros olímpicos y confirmen las diferencias sustantivas que hay entre lo que gastan los hombres y las mujeres. Viva Londres 2012, que ha permitido al deporte femenino español obtener su sitio sin que nadie le regale nada.




Al margen de las medallas obtenidas, confesar que me he quedado prendada del equipo español de natación sincronizada, que nos han regalado unos ejercicios de una fantástica belleza; de las waterpolistas (¿se dice así?) que vaya narices le han echado a lo suyo; y del joven equipo de vela que se hizo con el último oro para este país.

Sin desmerecer por ello a los Cal (vaya remontada) o al equipo de baloncesto que tanto me ha hecho brincar en el sofá.

Luego están los llamados deportistas de "color". Si el "blanco" vale para unos porque no va a valer el "negro" para otros? El respeto al decir los colores es lo que falla. Y ahí, todavía nos queda a los seres humanos mucho que aprender. Al margen de que reconozco que Bolt me tiene turulata porque lo suyo es increíble ( tengo la sensación de que este hombre llega a la meta antes de salir, es la leche), no me dirán que no da gusto ver "volar" (literalmente) a David Rudisha. Ahí están también Farah, LeBron James o Durant. Maravilloso verlos. Va por ellos.




Solo ellos saben lo que su raza ha sufrido en las olimpiadas: ahí están las celebradas en San Luis en 1904, que abochornaron al propio barón de Coubertin; el triunfo de Jesse Owens en una Alemania nazi y racista, presidida por Hitler, que pretendía utilizar los juegos como reivindicación de la raza aria ;las reivindicaciones de Tommie Smith y John Carlos en el 68. No está tan lejos.

Así que permitidme que brinde a la salud de unas y otros, que me han emocionado durante estos días. Lo suyo ha sido un regalo detrás de otro.


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