lunes, 4 de junio de 2012

Alvaro Tato, emociones a punto de nieve

Hombre habita poesía.


Álvaro narra con verdadera gracia cómo llegó a la poesía. O mejor, cómo encontró que había poesía en su vida. Relata que fue de niño, repetidor incansable de palabras como era. Y, a lo que se ve, enlazador. Y del juego de insistir en "respirar" y "naranjas" surgió un "respirar naranjas" que le ilusionó. ¡Y a mí cuando se lo oí contar! Porque las palabras pueden ser sencillas o turbias, o difíciles de pronunciar, o frías o vacías según quién las diga y cómo...pero pueden cobrar un sentido inusitado cuando van protegidas por el alma de un poeta. Y poeta, y grande, es este delgaducho Álvaro que mira siempre con cara de picaruelo.



En sus viajes por el alma, Álvaro ha creado textos maravillosos en los que recrearse con rima asonante. Los poetas señeros le reconocen su arte con las palabras, sus líneas sencillas de leer, sus dibujos en el aire, su órbita poética. Acercarse al poemundo de Tato es indagar en la conciencia más de lo que a veces pudiera apetecernos para darnos cuenta de que las emociones que en ocasiones no sabemos transmitir pueden encontrar sentido en boca de otro. Más concretamente, en el imaginario de este joven muchacho que ríe y llora con la vida casi a partes iguales.

Porque Álvaro es muuuucho Álvaro: esconde una parte gansa, divertidamente diseccionadora de las circunstancias pequeñas de la vida que le han conducido a dar forma a algunos de los espectáculos más rabiosamente divertidos que he visto en mi vida.

Este fin de semana, sin ir más lejos, me he "chutado" 2: "Mi misterio del interior" y "Time al tiempo" en el Teatro Alfil. Y es que la mágica mala leche de la inteligencia "tatiana" produce adicción y te engancha. ¡Qué fácil ponerle un poquito de color a la vida con la parte teatral de Tato!!!!! Ese ganso con piel de poeta que pasea por los mejores libros y los más insuperables espectáculos que me he llevado para el cuerpo.





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