Vamos con el certamen, que merece mención aparte. Se dejan las entretelas en este festival castellano para que lo mejor del teatro clásico nacional (e incluso internacional) pase por su corrala o por el centro de artes escénicas San Pedro. Ya os he contado que la primera vez que conocí los 2 escenarios me quedé agradablemente sorprendida.
En el primero he disfrutado tremendamente con Fernando Cayo, Rafael Álvarez "El Brujo", los chicos de Marta Torres, Pepa Pedroche, Oscar Zafra, el esmero de Helena Pimenta, el trabajazo de Ricardo Iniesta, las risas con el teatro valenciano o Morboria...un no parar.
En San pedro, el público pudo disfrutar, por ejemplo, el pasado año de Nuria Espert en ese regalo que le dirigió con mano exquisita Miguel del Arco. Dos espacios maravillosos, el uno al aire libre; el otro, una iglesia convertida en teatro. Dos buenos lugares para disfrutar del escogido teatro que pasa por Olmedo.
Pues id apuntado lo que viene este año, que no tenéis excusa para no venir. Empezamos el viernes 20 de la sabia mano de Ana Zamora y sus "Farsas y églogas" de Lucas Fernández. Ana ama esto con locura y ha hecho apuestas muy personales y difíciles de las que ha salido muy bien parada. Porque sabe lo que hace y porque quiere lo que sabe.
Seguimos el sábado con "Noche de reyes", un Shakespeare con todas sus consecuencias, servido en plato de lujo por Eduardo Vasco, que ha retomado su actividad con su compañía, Noviembre, después de haber dejado un, a mi entender, maravilloso recuerdo en la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Ahí demostró que los clásicos tienen un sitio entre el público, que se puede disfrutar tremendamente de ellos con trabajos bien hechos.
Y cerramos nuestro primer fin de semana de esta VII edición llega al domingo para exhibir sobre las tablas de la corrala (todas las citas del fin de semana son en la corrala), "El médico de su honra", uno de esos textos de Calderón de la Barca que no pierden vigencia. El certamen de Olmedo está muy unido a Teatro Corsario, compañía que fue dirigida por Fernando Urdiales durante años. Fernando, co-director del certamen hasta su muerte, fue un tipo peculiar, inteligente, cariñoso, culto, sublime. Va por él.
Continuará...porque hablar de Olmedo es no acabar nunca.
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