martes, 10 de abril de 2012

Se lo merece, se lo merece

¡Enhorabuena, Elena Arzak! Ya era hora


Le tengo verdadero cariño a Elena Arzak. Lo primero, porque es una señora de los pies a la cabeza. Lo segundo, porque la humildad es una de sus muchas virtudes. Lo tercero, por el arte que desparrama en la cocina. Y por muchas cosas más, largas para enumerar.

Salir de la sombre de un padre llamado Juan Mari Arzak es harto complicado. Pero Elena no ha tenido prisa en que se reconociera lo suyo. Ahora más de 800 críticos de todo el mundo le acaban de otorgar un premio importante a esa carrera de fondo: el premio a la mejor chef femenina del mundo. Palabras mayores.

Por de pronto, un premio justo. Quizá ella, en su infinita sencillez personal, nunca lo esperara. Pero cualquier reconocimiento es poco para una mujer que ha sabido continuar con una saga de tronío, cargar con el peso de un apellido y aportar lo suyo al mundo gastronómico ibero. El jurado justifica el galardón por una cocina que define como " en constante evolución, vanguardista y basada en la investigación". Yo añadiría, que los platos que Elena ha parido y pare cada día son fruto de su amor por su oficio. Y eso, no sé si se hereda.


Elena se ha movido en un mundo donde la sensibilidad es tan necesaria como la curiosidad o la capacidad de lucha. Apostó por un tipo de arte que no puede exhibirse en los museos porque en su fugacidad también está su valor.

Espero que esta gran señora de la cocina deje de ser ya la gran tapada de la gastronomía universal. Porque quiere lo que hace, sabe lo que quiere  y vive para lo que sabe. "Quién lo probó, lo sabe" que diría Lope de Vega.

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